Consejos para dejar de juzgarnos por nuestro pasado

El pasado está ahí para aprender de él. Nos da información muy valiosa para reconocer qué semillas hemos plantado y cómo serán los frutos que recogeremos. Las clases online de Cábala analítica nos ofrecen herramientas para aprender de esas semillas y vivir más plenamente, aceptando lo que está por venir. En cualquier caso lo que no debemos hacer es juzgarnos constantemente por nuestros errores del pasado. Todos cometemos fallos pero de ellos hay que sacar siempre una bonita enseñanza.

¿Cuántas veces al día pensamos en el pasado? Invertimos mucho tiempo y esfuerzo pensando en aquello que hicimos o en aquello otro que finalmente no nos atrevimos a hacer. Mucho tiempo que termina derivando en críticas destructivas y pensamientos rumiantes. La formación en Cábala analítica nos enseña a transformar esas críticas que nos hacen daño en críticas constructivas.

¿Qué peligros tiene para nuestra salud juzgarnos por nuestro pasado?

Cuando rememoramos nuestro pasado con lupa, resaltando cada fallo y aplicando una exigencia muy alta, cruel y poco realista nos estamos autodestruyendo. No somos conscientes muchas veces del daño que nos hacemos, pero está ahí y es real. Analizar críticamente el pasado de forma reiterada no nos ayudará a aprender, ni tampoco lo hará arrepentirnos constantemente por un hecho. No tenemos que pagar ninguna deuda por nuestros actos pasados, el aprendizaje viene cuando dejamos de juzgar al pasado y nos reconciliamos con él. Cuando lo aceptamos y aprendemos. Así logramos alcanzar un equilibrio interior muy saludable.

La culpa es una herramienta muy poderosa para mantenernos anclados al pasado. Nos sentimos culpables por haber herido a alguien, por no haber tomado la decisión correcta o no atrevernos a dar un gran paso. Nos preguntamos constantemente cómo pudimos actuar de ese modo en el pasado como si eso pudiese cambiar algo. La realidad es que lo único que podíamos hacer fue lo que hicimos, ya que en aquel entonces no sabíamos las consecuencias que eso tendría. La claridad viene después de las lecciones, no antes.

¿Por qué nos duele recordar el pasado?

El pasado nos hace daño porque nos recuerda que somos humanos y nos da miedo. Nos aterra pensar que podemos volver a fallar en el futuro. ¿Lo intentamos y fallamos? Muy bien, pero eso no implica que vayamos a volver a fallar en el futuro. Si en nuestro pasado fuimos personas más egoístas, incapaces de poner límites… esto no implica necesariamente que esto sea una realidad inamovible. Podemos enfocarnos en aprender y cambiar. Nosotros tenemos el poder.

Cuando dejamos de definirnos por lo que fuimos y nos centramos en el futuro dejamos de sufrir de una forma casi mágica. Reconciliarnos con nosotros mismos implica mirarnos con compasión y con amor. Es probable que hayamos hecho daño y también que permitiésemos que otros nos lo hiciesen a nosotros. Recordar esto duele, pero si nos perdonamos, comprendemos y miramos con amor a nuestro alrededor el dolor desaparece.

Consejos para sanar el pasado y vivir el presente

El mejor consejo que podemos dar, y poner en práctica también cada día, es el de dejar a un lado el arrepentimiento. Esta emoción también nos hace esclavos. Por supuesto que es importante el arrepentimiento cuando hemos dañado a alguien, un arrepentimiento real que venga unido de acciones de disculpa y actuaciones consecuentes. Pero un arrepentimiento solo en nuestra mente que nos castigue a diario no es eficiente.

Renegar constantemente de lo que ocurrió no nos va a ayudar en absoluto. En lugar de invertir la energía que tenemos en desear que algo no hubiese ocurrido nunca y frustrarnos podemos analizar todas esas vivencias para extraer un aprendizaje. Y si podemos hacer algo en el presente para mejorar la situación de alguien a quien hubiésemos herido también podemos hacerlo. Agradecer y seguir para adelante, ahí está la clave.

Aprender del pasado con los ojos del presente

Es muy probable que ahora, con la perspectiva del presente, pensemos en que deberíamos haber actuado de otro modo con anterioridad. La realidad es que ahora tenemos otra perspectiva, aprendizajes por el camino, experiencia acumulada… todo esto nos hace que sea más fácil hallar alternativas que en aquel momento no veíamos. Si ahora somos capaces de ver el pasado desde otro ángulo o perspectiva es precisamente por las lecciones que aprendimos con los errores.

Hoy sabemos mucho más que ayer. Sabemos lo que antes no conocíamos y por eso podemos determinar que actuaríamos de otro modo. Esto debe ser un motivo de celebración. Celebrar nuestra toma de consciencia, nuestro aprendizaje… todo esto antes de caer en la trampa de sentirnos culpables. Las clases online y la formación de Cábala analítica nos da herramientas para aprender de nuestro pasado. A través de esta sabiduría antigua de origen hebreo podemos conocernos mejor, con cálculos matemáticos que nos hablarán de nuestros años de crisis, fortalezas…